La educación es un acto de amor, de coraje; es una práctica de la libertad dirigida hacia la realidad, a la que no se teme; más bien se busca transformarla, por solidaridad, por espíritu fraternal
PAULO FREIRE
El municipio de Guadalupe está ubicado al norte del departamento de Antioquia, sus pequeñas calles pueden ser recorridas en diez minutos, sin embargo la grandeza de su gente incrementa ese tiempo en horas y horas de conversación, pues son personas cálidas y entusiastas que siempre tienen cosas que contar, enorgullecidos por sus montañas, ríos, y en general por sus bellos paisajes.
La juventud se llena de alegría al reconocer como poco a poco a través de la educación han ido dejando atrás las grandes desilusiones del conflicto. Con enorme esfuerzo salen de sus veredas o fincas camino hacia la IE Luis López de Mesa, pues al ser un municipio 80% rural, para los estudiantes representa un gran logro tener la oportunidad de formarse.
“Con los jóvenes de esta comunidad se aprende muchas cosas. Se aprenden valores como la perseverancia, el sacrificio, y los buenos deseos de salir adelante”
La institución educativa, está conformada por grandes personas, entre ellos maestros apasionados por su labor, con una verdadera vocación de servicio. Sin embargo encontramos dentro de la planta docente un gran profesional que no es precisamente un “profe” tal como conocemos a los educadores, él es David Contreras Avendaño, una persona nacida en las calurosas sabanas de la ciudad Sincelejo capital del departamento de Sucre, quien desde el año 2014 se desempeña como la máxima autoridad judicial del municipio de Guadalupe, en su calidad de Juez Promiscuo Municipal.
Él cuenta que desde su llegada al municipio notó cómo la deserción escolar aumentaba, muchos jóvenes debían ocupar el lugar del padre o la madre por lo que debían empezar a trabajar, otros entraban al mundo de las drogas y alentaban a otros jóvenes a seguir ese mismo camino.
Afirma que decidió actuar ante tal situación y un día en conversación con la rectora Luz Janeth Espinoza le planteó sus inquietudes y le manifestó el interés de trabajar con la juventud y evitar que la deserción escolar aumentara cada vez más. A partir de ese momento se propuso aportar un granito de arena en la transformación de la comunidad, sembrando en los estudiantes la semilla del cambio a través de una educación liberadora.
“El Juez” como es conocido tanto en la institución educativa, como en todo el municipio, lleva a los alumnos charlas de Derechos Humanos, Derecho Internacional Humanitario, violencia y conflicto armado y aspectos sobre el postconflicto. Asimismo les comparte las experiencias vividas en su labor como funcionario judicial.
Deicy Restrepo, estudiante de undécimo grado agradece tener a David como parte de su proceso de formación, toda vez que para él debe representar una gran esfuerzo coordinar sus tareas como juez y aprovechar sus tiempos libres para contarles cosas de las cuales ella no tenía conocimiento y que le han sido de gran utilidad, por ello afirma: “estamos muy felices que todo un juez de la República venga a orientarnos en aspectos que todos deberíamos saber: como lo son los derechos que tenemos y como reclamarlos”. Asimismo, cuenta Deicy, que la metodología utilizada en las charlas es versátil y muy enriquecedora porque todos participan, es muy cercano a todos los estudiantes y no solo nos ayuda a formarnos en conocimientos sino también como personas.
David manifiesta que la faceta de educador le apasiona, pues le ha enseñado a conocer un poco más a las personas, para este caso particular, los jóvenes de esta localidad. De igual manera, es consciente lo que implica su relación con los estudiantes, al considerar que es su deber enriquecerse en nuevos conocimientos para así transmitirlos, asumiendo como filosofía de enseñanza “No hace falta que te obliguen si sabes que cada día tienes que dar tu mejor versión para sacar la mejor versión de los alumnos”, tal como lo réplica. Para él no es una obligación si no un gusto brindarles herramientas de expresión oral y de compromiso social a esos jóvenes con los cuales comparte con el fin de estimularlos al cambio, para que puedan estructurar de manera sólida su proyecto de vida.
“La idea es conocer la situación de cada joven, no logro entender como muchos maestros llevan años sin conocer a los alumnos con los que interactúan a diario, para mí la educación parte de las relaciones humanas, si no conoces sus gustos, preocupaciones, es difícil interactuar.”
Estamos entonces ante un personaje admirable del municipio admirable, comprometido con la educación de los jóvenes, aspectos que se compaginan con la política de educación del actual gobierno departamental, pues tal como se ha establecido en el plan de desarrollo: Es necesario una educación que nos lleve a ser mejores personas, a ser cada vez más humanos.
Es su labor –a mi juicio- algo derivado del principio de colaboración armónica de los entes del Estado, en donde un integrante de la rama judicial, que se percibe como una autoridad rígida, se transforma en algo más flexible dejando de lado el rol que desempeña para aportar a la educación del municipio.
Yulieth Andrea Valencia
Gestora Ecosistemas de Innovación
Municipio de Guadalupe